
Ser Fuerte & Valiente
Hola a tod@s
¿Cómo va la vida?... espero que muy bien, les comento que hoy me gustaría hacer mención a dos atributos altamente SOBREVALORADOS por tod@s y en algunos casos muy mal entendido.
Siempre consideré que una de mis fortalezas era ser una MUJER FUERTE, entendiendo este atributo como una baja expresividad emocional (no llorar, no sentir y no emocionarse) y resistir estoicamente ante cualquier adversidad... en términos sencillos y como siempre lo digo "ser un roboc" jajaja...

Cuando fui a mi primera sesión terapéutica... ¡sí voy al psicólogo!... jajaja... Lo primero que inicie diciendo fue: "Siempre he sido una mujer fuerte..." y es ahí cuando mi psicólogo me pregunta: "¿A qué te refieres con ser fuerte?..." y en realidad me quede pensando, porque si bien me gustaba decirlo nunca me había detenido a pensar en eso... y ahí me di cuenta que para mí significaba: ser fría emocionalmente, no sentir, evitar el contacto físico, no expresar mis emociones vinculadas a la tristeza y ante todo, no demostrar debilidad, ni fragilidad (no llorar)... pero cuando verbalice ese concepto me di cuenta que ALGO ANDABA MAL en todo esto... porque me presionaba por ser y demostrar algo que humanamente era imposible...
Después de una larga reflexión mi psicólogo me dice: "En una tormenta un árbol que parece fuerte y resistente se quiebra con la fuerza del viento debido a su rigidez, en cambio el pasto que parece frágil y débil se adapta a las condiciones climáticas y a la fuerza del viento, permaneciendo intacto"... Esa metáfora cambio completamente mi concepto de fuerza... o sea siempre valore un atributo que en el fondo era mi debilidad y me di cuenta que ser FLEXIBLE Y ADAPTABLE era mucho más importante que ser fría y rígida emocionalmente...

Este proceso requirió de mucha toma de consciencia y más aún, de permitir que mis EMOCIONES fluyeran... llorar cuando tengo tristeza, reír cuando me siento feliz, comunicar mí rabia, abrazar sin miedo cuando siento amor (aunque en esto último, Simón ha sido mi mejor terapeuta jajaja...). Esto me permitió alejarme del concepto de fuerza y rigidez, moviendo a la tan anhelada flexibilidad y adaptabilidad. Igual debo reconocer que el proceso no ha sido fácil, porque son años de operar de manera automática, sin embargo la toma de consciencia, la resignificación de lo que para mí era importante y el apoyo profesional de mí psicólogo han sido fundamentales en este proceso.
La mayoría del tiempo asociamos la VALENTÍA como un atributo altamente valorado, de hecho es un concepto reforzado socialmente desde la primera infancia, la gran mayoría de los padres le hemos dicho a nuestros hij@s: ¡no tengas miedo, debes ser valiente!... Sin embargo, el concepto real de valentía tiene relación con mostrarse fuerte y desafiante ante el peligro, se busca demostrar algo que no somos o de obtener un reconocimeinto por parte de los demás, la valentía tiene el poder de cegarnos, como dice un amigo: "ser valiente es algo irresponsable, ya que se actua sin medir las consecuencias, lo que además te vuelve estupido"... jajaja. El CORAJE por otro lado, es más consciente y nos permite reconocer nuestros propios miedos, confiar en nosotros y saber que existe la posibilidad de enfrentarlos... aunque el mismo proceso se viva con miedo... y claro! no podría ser de otro modo... porque el miedo es una emoción INHERENTE al ser humano, todos tenemos miedo a algo (a la soledad, a la oscuridad, al abandono, a la exposición, al compromiso, etc.)

De hecho, el miedo muchas veces es un mecanismo de defensa que nos permite alejarnos de aquellos estímulos que nos generan temor y/o aversión, protegiéndonos y limitándonos. Los miedos pueden tener sus raíces en lo más profundo de nuestro inconsciente y muchas veces pueden estar asociados a vivencias de nuestras primeras etapas del desarrollo e infancia.
Saben... inevitablemente se me viene a la cabeza la asociación de que alguien que tiene coraje es alguien RESILIENTE, porque toda persona que sea capaz de enfrentar sus propios miedos será alguien que saldrá fortalecido del proceso y el aprendizaje que obtendrá de sí mismo y de sus habilidades será incalculable. Así que cuando alguien les diga: "No tengas miedo"... no le hagan caso... jajaja... no, no sean malos... es ahí donde ustedes pueden contra-argumentar... ¡Imposible no tener miedo, pero tengo el coraje para enfrentarlos!...

En conclusión, les puedo decir con toda seguridad que hoy me siento una mujer más liviana, emocional, adaptable y flexible, que muchas veces tiene miedo, pero que intenta enfrentarlos con coraje y resiliencia... enfocada más en el QUERER SER que en el DEBER SER y con esto puedo decir, que soy mucho más fuerte y feliz que antes.
Les dejo un abrazo enorme...
Por Gemita Quilodrán Molina