Amor de Rojo
El día que llegue con 28 semanas de gestación a un control rutinario con mi ginecólogo jamás imaginé un panorama tan desalentador, mi hijo y yo estábamos en riesgo vital, un síndrome de preclamsia severa hacía peligrar nuestras vidas y con ello todos los sueños y anhelos de tener un embarazo sano y feliz.
Llegue a hospitalizarme de urgencia...